La
explotación de los recursos naturales, la organización de los modos de
producción y el sistema de relaciones de producción, es resultado de la acción
de una colectividad, no de los individuos aislados. La actividad económica aparece,
no solamente como un proceso productivo de bienes de consumo, sino como la
forma por la cual el hombre modela el medio natural para asegurar la
perpetuación de la especie. El trabajo que realiza el hombre no sólo significa
la acción organizada sobre la naturaleza, sino también implica la organización
de la acción de unos hombres sobre otros. El trabajo del hombre sobre el medio
se convierte en origen de manutención de la especie mediante la producción de
bienes de subsistencia, de los cuales, el fundamental es el alimento. En etapas
sociales adelantadas, por el enorme desarrollo tecnológico aplicado a la
producción primaria e industrial, el alimento pasa a ser en gran parte fruto de
la industria (Viera
Pinto, 1973).
El modelo actual de los agronegocios es un ejemplo nefasto
de lo que Viera Pinto sostenía en el siglo pasado. La aplicación de tecnología
de insumos y procesos en la explotación de los recursos naturales, ha resultado
en daños irreversibles para los ecosistemas en general y el humano en particular.
La
posibilidad de aprovechar los recursos naturales de una nación independiente,
queda supeditada a la decisión política de utilizar por sí mismo los recursos
que posee o de ceder a otra nación más poderosa los derechos a esta
explotación. En Argentina y en otros países de América Latina, la explotación
de los recursos naturales está en manos del capital financiero internacional,
con pérdida de la soberanía en diversas áreas, pero fundamentalmente de la
soberanía alimentaria.
Este
breve análisis tiene por finalidad poner en la mesa de discusión algunos
conceptos relacionados con el desarrollo sostenible y las diversas facetas que
involucra.